lunes, 21 de diciembre de 2009

Me acuerdo.

Cuando ese muchacho viró y levantó su último cáliz. Recuerdo que deseó con mucha ferza y habló con El. Ahora mismo lo veo tranquilo, con un trepidar inquieto pero solapado. Creciendo y teniendo paciencia y lo que siempre dejó que subsistiera: su fe.