Hay algo que ronda siempre por mi cabeza. Tarde o temprano siempre termino cuestionando el orden de las cosas. El dinero, el amor, el planeta, la salud, la amistad,la familia, lo rápido y fácil, el esfuerzo y esmero, dios, ciencia. En momento difíciles, como ahora, me pregunto por qué guardamos en tal mal estado el orden de las cosas que beneficia a todos.
Por qué contraponemos las cosas como si en ello hubiera "la" solución.
Por qué no eliminamos aquella herramienta que debe estar a nuestro servicio y no al revés (me refiero con ello al dinero, y suena descabellado, lo sé).
Ayer escuchaba por la televisión a un chileno afectado por el terremoto decir que tenía trescientos mil pesos que eran puro papel y no le servía porque no había nada que comprar en su pueblo. ¿Y si algo así pasara a nivel global?
Hoy día recibí la noticia de que mis padres y hermanos tienen que mudarse porque no han pagado la hipoteca de la casa. Y me siento impotente, sin mucho que pueda ayudar porque no tengo casa propia. ¿Y si todo esto no se tratara de dinero? Pregunto con furia silenciosa, rogando que pronto haya solución.