jueves, 27 de mayo de 2010

La vez pasada tuve un sueño

La vez pasada tuve un sueño, no del tipo de Martin Luther King, sino uno más sencillo, de esos que parecen tan reales a pesar de lo 'extraño' que suele ser un sueño. Era sencillo, apacible, feliz.

Estaba en mi casa con mi enamorada que en mi sueño era mi esposa. Ella estaba haciendo ejercicios mientras me mencionaba que quería ir de viaje. Era temprano 10am. Yo estaba en un estado de sosiego que pocas veces uno llega a experimentar. En nuestra casa había un gran ventanal que daba hacia la calle, se podía ver el mar. De pronto llama mi familia y nos comentan para reunirnos y para ello, ya habían separado un pasaje que sólo necesitaba nuestra confirmación, acepté para reunirnos luego. Era martes, no éramos millonarios, no éramos herederos improvisados, las cosas eran así y ninguno de nosotros nos extrañamos.

Luego se aparecía una pantalla indicando tareas pendientes y actividades que queríamos realizar, una especie de agenda, yo estaba avanzando con un libro y me habían separado una entrevista para los programas, era internet y la televisión unida con miles de canales.

Salimos y la gente caminaba tranquilamente, habían padres con sus hijos y cada 5 o 6 cuadras habían paraderos a los que podías subir en lo que eran vías automáticas, elegías tu destino y te llevaban tranquilamente sin ruidos ni contaminación.

Curiosamente, me di cuenta que no éramos dueños de un auto, o de una gran fortuna, nuestra casa se veía grande, moderna y espaciosa, pero las demás también lo eran, con diferentes diseños. Mi esposa me preguntó si prefería pedir un "auto" en esta ocasión, que hacía tiempo no paseábamos de esa manera, entonces llamó a uno de su celular y llegó uno. Mi esposa se puso al volante y terminamos en algo parecido a una gran tienda de ropa pero sin cajeras, ni vendedoras.


Me puse a caminar en ese gran centro (¿comercial?) habían templos, personas haciendo pinturas, centros culturales y me detuve en un bar a pesar de que sentía que lo conocía: efectivamente había gente tomando y charlando aunque los que quedaban ebrios eran llevados a su casa de manera automática. En una de las pantallas habían un científico hablando que ya estaban alcanzando el índice de 98% de productos bioreciclables en el 95% de los pueblos del mundo.

Regresé donde mi esposa que tenía las cosas que necesitábamos en un módulo suspendido, llegó un vehículo blanco y nos regresó a la casa. El vehículo se salió de la vía y nos dejó en nuestro techo que era como un pequeño puerto, el módulo suspendido ingresó a una pequeña nave y subimos. "Christian y mi mamá van a darnos el alcance" me dijo, está bien, me parece bien y retomé la escritura de mi obra.

Como comprenderán, cuando desperté me levanté con ganas de seguir metido en ese sueño, era un mundo genial, no había trabajo, sino actividades, la tecnología estaba a nuestro servicio, no al servicio del lucro, la gente era aparentemente más civilizada, es que no había razón para destruir, quizá siempre haya uno que otro desadaptado, el mundo no era un mundo escaso por el que había que luchar cada día, sino un mundo para que todos nos realicemos y hagamos bien.

Había libertad para nuestras creencias y fe, no se trataba del "selfmade man", del sueño americano, del mundo para mí, sino de un hombre perteneciente a un mundo, de sueños hechos para el bien del mundo, de la sabiduría guiada por la humildad, del poder del amor y no del amor al poder, y aceptar de ello, sin prejuicios, ni deseo de control externo de una institución, a Dios.

Este mundo de sueño, era del ser humano inteligente, no (sólo) como individuo sino como especie.

viernes, 21 de mayo de 2010

Y entre la muerte y la suerte no hay más que una letra.

Algo presuroso ha vuelto a mí, es un pedazo de alma que lo tenía dormido porque no le gustaba a ella.

Y pensar que hace meses veía escritos de un amigo de hace años y decía pobre de él que seguía con ese tono de letra tan triste en el tintero. Y me veía yo tan cálido con la persona que amo. Y válgame que me doy cuenta por su propia boca de que tan inocente y honesto puede ser la falta de amor, o el desamor, que al fin y al cabo, me da lo mismo.

Vaya que no puedo ya quejarme, ni encontrarme esta nueva pequeña y odiosa herida que quiero que sea mentira y mentira es todo lo que se actuó en nombre de continuar, como cuando preparas tu cereal de noche para su poza blanca y tibia.

Y yo que soy tan pobre actor me limito a poner el hombro de donde nace mi cariño y ese devoto amor que lo sigo limando a fuerza de voluntad. Bah, qué poco vale pulir un diamante de sentimiento frente al cuero y brillantes de remate y casa fina, según tu mundo exterior.

Vaya que no puedo culpar a nadie. Y que soy del mundo un punto.

Mira que siempre me he inclinado a descubrir mentiras, porque me pregunto siempre por qué funciona la vida así, porque prefiero que la resignación fuese de pura fuerza impuesta y no por ignorancia. Y mi vida funciona contigo a mi lado, pero mira que siempre me he inclinado a descubrir mentiras.

Vaya que la muerte después de tanto vacío probado es para toques de tambor, es una suerte rítmica que los inmortanles escuchan. Porque la diferencia, como dijo Sabina, es su primera letra.

Sólo te agradezco ese pedazo de alma, de poder escribir.

lunes, 10 de mayo de 2010

¿Qué hay de nuevo?

La vez pasada, como varias veces me sucede, me pregunté ¿cómo sería un mundo mejor para ti? siempre me da la sensación de que concretamente me quedo corto, pero la idea en general de un mundo perfecto, o por lo menos mejor, es un mundo sin dinero, con amor, y en paz, con los demás, y con el medio ambiente. En un mundo sin dinero, no consumiría, no sentiría esa continua necesidad de "negociar", "regatear" y de sacar máximo provecho de mis pocos soles... sino por el contrario, creo que disfrutaría de las cosas por el momento vivido, quizá compartiría más.

No trabajaría en lo que actualmente hago, no porque no me gusta lo que hago actualmente, gracias a Dios es un buen trabajo con relación a otros que he tenido. Pero creo que en ese ideal de mundo, buscaría exactamente en qué me gustaría dedicarme, quizá escribir, quizá crear modos de ver subjetivos, quizá inventar algo que ayude a hacer más cómodo las cosas. Y ahí me doy cuenta, que hay muchas cosas ya creadas que nos hacen más fácil la vida, pero... CUESTAN. La tecnología está presente pero restringida y dirigida mayormente por las empresas que producen estos avances como nuevos productos que claro, los que tengan dinero serán los primeros en acceder a ellas.

Sólo, unos pocos vivimos decentemente y midiendo nuestros "gastos", y aún unos menos tienen todas las comodidades y excentrecidades que ni siquiera soñamos. ¿Eso es justo? En un mundo simplemente nos resignamos a decir: así es la vida. Sí, así es pero así tiene que ser siempre???

Ahora, hay un montón de gente, autores millonarios y más, que nos dicen cómo podemos conseguir esta independencia financiera, ese medio para conseguir todo (lo material) que soñamos, para tener chance de pertenecer a esos 9 millones de ricos (de los 8 mil millones de personas) que me imagino, no querrían un mundo sin dinero. Pero seamos francos, si todos pensáramos como millonarios ávidos y hábiles cazadores de "oportunidades" (de tener dinero claro está) lo que ocurriría es que no todos conseguiríamos serlo. Lo que es peor, estadísticamente parece ser que entre más ricos y megaricos aparecen más pobres y extremadamente pobres hay exponencialmente.

Y todo esto se me ocurre, pensando solamente como individuo, estas ideas surgen solo pensando en mí y un poco en los demás, pero cuando me pongo un poco más exigente, creo que es necesario que los individuos nos demos cuenta de que, por más inteligentes que seamos individualmente, como especie somos unos tontos, por decirlo menos. Y el resultado de una especie tonta es su propio aniquilamiento. SALVO, que la especie se perpetúe con la salvación de eso pocos que sobrevivan, los mismos que tendrán todo el poder (dinero) y acceso a maneras de "escapar" de lo que ellos mismos han creado. O que simplemente, también caigan porque su dinero y tecnología no sea suficiente para resistir los desastres climáticos.

Vamos, yo de pequeño admiraba las civilizaciones, pero me doy cuenta con pena y años encima de que las "civilizaciones más avanzadas" están lejos de crear un mundo mejor y no porque hayan malas intenciones (pensando inocentemente que no sea el caso) sino porque el sistema de cómo funcionan las cosas, no permite soluciones reales.

Bueno, no puedo decir más, porque tengo trabajo que hacer.