
no hay mucho que creer después de una relación como la nuestra. o una norelación como la nuestra. sobretodo si después leo que clamas infelicidad y una inmadura autodestrucción no porque tengo algo de culpa, sino por él. sobretodo si descubro que no estaba en un segundo plano luchando porque de verdad siento lo que siento. sino en un tercer plano, cuarto plano, y no sigo porque no quiero quedarme en el sótano de tus prioridades.
no hay mucho que creer y aún así siento lo mismo por ti. la diferencia reside en que por algún instante me he cansado de ti también, amar solito no funciona y menos por tanto tiempo.
si me pides espacio, conocer nuevas oportunidades, si piensas que eres una loser y me metes también en el saco, y dices que estás harta de mí, te dejo. si me llegas a extrañar y me quieres a tu lado, por mera circunstancia, o piel ardiente, creo que no estaré.
ahora la mayor apuesta que hago es por dejar que las cosas sean como tú quieras y yo quiera. tú quieres tu espacio y yo quiero que si alguna vez regresas, sea para empezar las cosas bien. claro que esto último sería como un milagro y, en este mundo, pocos creemos en los milagros.


No hay comentarios:
Publicar un comentario