Sólo falta una hora para estar cerca a ti, Luisa. Saliste proyectado como sombra de luz, es decir, algo imposible. Volaste dentro del cuarto, la viste, te sorprendiste por la escaramuza mental. Hasta que Luisa te miró.
Luego, luego. Existieron los demás días para los látigos en la espalda y la escritura de algo sinsentido.
Los nadies (Eduardo Galeano)
Hace 12 años
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